una concatenación irreverente de palabrería,
una ilícita oportunidad más para errar,
otra postura acelerada, no premeditada e hiriente,
sentimientos que se vertiginan sin rumbo arriba y abajo,
hacia arriba y abajo.
Que están muy fuera y a la vez más dentro,
que son oscuros y también lúcidos.
Que desean a la vez que aborrecen.
Son estériles, patéticos;
pero también vigorosos y puros.
Donde las dudas son mar,
las miradas una vieja moneda devaluada,
el silencio, otra aburrida condena.
Inocentemente, con extremada candidez:
una ilícita oportunidad más para errar,
otra postura acelerada, no premeditada e hiriente,
sentimientos que se vertiginan sin rumbo arriba y abajo,
hacia arriba y abajo.
Que están muy fuera y a la vez más dentro,
que son oscuros y también lúcidos.
Que desean a la vez que aborrecen.
Son estériles, patéticos;
pero también vigorosos y puros.
Donde las dudas son mar,
las miradas una vieja moneda devaluada,
el silencio, otra aburrida condena.
Inocentemente, con extremada candidez:
¿Por que nunca nos tocó a los dos la lotería?
Quizá nunca comprámos los suficientes boletos,
pues no existe destino, no exactamente como hubimos ideado:
tan cerca cuando estábamos tan lejos;
y cuando más intensamente cerca estuvimos,
tan tristemente lejos nos hallamos.
Quizá nunca comprámos los suficientes boletos,
pues no existe destino, no exactamente como hubimos ideado:
tan cerca cuando estábamos tan lejos;
y cuando más intensamente cerca estuvimos,
tan tristemente lejos nos hallamos.
Y después, solo si queréis... la síntesis.
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