jueves, 21 de febrero de 2013

"Hay tiempo para amar y también hay tiempo para odiar. Elige muy bien el momento preciso y la intensidad adecuada para cada uno de ellos. Solo allí radica el verdadero éxito de la libertad de un hombre."

Tesis, antítesis...

una concatenación irreverente de palabrería,
una ilícita oportunidad más para errar,
otra postura acelerada, no premeditada e hiriente,
sentimientos que se vertiginan sin rumbo arriba y abajo,
hacia arriba y abajo.
Que están muy fuera y a la vez más dentro,
que son oscuros y también lúcidos.
Que desean a la vez que aborrecen.
Son estériles, patéticos;
pero también vigorosos y puros.
Donde las dudas son mar,
las miradas una vieja moneda devaluada,
el silencio, otra aburrida condena.
Inocentemente, con extremada candidez:
¿Por que nunca nos tocó a los dos la lotería?
Quizá nunca comprámos los suficientes boletos,
pues no existe destino, no exactamente como hubimos ideado:
tan cerca cuando estábamos tan lejos;
y cuando más intensamente cerca estuvimos,
tan tristemente lejos nos hallamos.
Y después, solo si queréis... la síntesis.

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