miércoles, 6 de mayo de 2020

Malmö

Me deslizó por el verdín
con el mar a ambos lados.
Quiero resbalar.
Fortuito.

No quedan nidos vírgenes
en estas latitudes de plástico
y casi siempre es tarde
para toser sangre,
arrancar cabelleras,
fundirse en el silencio,
entrar en Malmö:
si no andamos cuidadosos
todos acabaremos siendo clones,
de distinta madre,
de un mismo cigoto.

Arriba, arriba, arriba!
Suda, si no has olvidado
lo que ello requiere!
Azufre sobre la piel,
es un traje hecho a medida
ardiente como el deseo,
de un recuerdo
de lo que ya ni siquiera respira.

Que el sol en retirada
no me robe tiempo.
Vuelvo a casa cansado,
atravesando el bosque negro.

He hecho muchas cosas,
pero ninguna
muy bien.

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