Puedes observar cómo
se filtra la luz de mañana,
comprendiendo que
se derrama
ágil y sana
sólo a veces
a mi pesar
espesa,
sobre los edificios
de esta agusanada
manzana.
El resto,
no piensa
tanto sobre
muchas cosas.
Más bien, piensan
poco
sobre siempre,
las mismas
cosas.
No entiendo,
cómo lo soportan,
esa idiota y mansa
ajenidad a lo,
por
necesidad,
inherente.
La constante baba,
escapularia
de las cuasi ideas.
Supongo que:
Aprendiendo cómo se mata,
la zarza,
se aprende también,
cómo vive la misma.
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