sábado, 21 de febrero de 2015

¿Qué tal te va en el baño?

Desperté aún borracho; con algo de carraspera. En la palma de mi mano descubrí dibujado con bolígrafo azul un número de teléfono junto a un nombre de mujer. Juré haber soñado con que una niña me decía que mis ojos eran de color "triste". Yo le explicaba que eran marrones. Que "triste", tan solo era mi mirada. Bajé a la calle a por tabaco. Allí es donde todo comenzaba de nuevo.

Yo vivía en aquella calle donde cagaban todos los perros de la ciudad. La única en la que llovía cada día. En aquel vecindario, donde solo alguien que se siente muy sucio, se da una ducha a las tres y media de la madrugada.

Tú pensabas que yo era un monstruo...
Tan solo porque no me conocías y tenías miedo de llegar a conocerme.

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