La carne y la palabra de Mishima.
Todo se reduce, al tacto y el significado.
Al término.
Uno,
antecede al otro.
El viento del noroeste,
que abriga Otoio,
es tal cosa.
Como las fiebres de la muerte.
Toda persona tiene un tiempo definido.
Ella tenía la voz suave y los ojos de Rafa Berrio.
A su lado siempre ocurrían cosas mágicas.
-No te olvides de respirar- le dije al partir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario