Ya soy acuático.
El que escribe.
El señor de las Zarzas.
El cabo de artillería,
"Dinero".
Otro bebé adulto.
Recibo con amabilidad
esta noche,
en mi cabaña,
a dos fantasmas.
La brisa del norte
me despeja las ideas.
Baches del asfalto
me recuerdan que viajo encima de bidones de gasolina.
Mentes incendiarias sobre
combustible estéril.
Dualidad.
Y.
Víctimas.
Atravesando los montes.
Olisqueando los instintos.
Jugando sobrio
con
lo indispensable.
El ascenso hasta la cima
puede ser insufrible,
amargo.
Pero una vez allí,
todo,
da igual el qué,
sabe doblemente
dulce.
El señor de las Zarzas.
El cabo de artillería,
"Dinero".
Otro bebé adulto.
Recibo con amabilidad
esta noche,
en mi cabaña,
a dos fantasmas.
La brisa del norte
me despeja las ideas.
Baches del asfalto
me recuerdan que viajo encima de bidones de gasolina.
Mentes incendiarias sobre
combustible estéril.
Dualidad.
Y.
Víctimas.
Atravesando los montes.
Olisqueando los instintos.
Jugando sobrio
con
lo indispensable.
El ascenso hasta la cima
puede ser insufrible,
amargo.
Pero una vez allí,
todo,
da igual el qué,
sabe doblemente
dulce.
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