No quedaban militares rezagados, heridos y aburridos, sangrantes y sin fe, impasibles o cansados de si mismos, amontonados por decenas, cantando al unísono con gravedad frente a una casa solariega; a la espera de algo o la nada. Ahora era fácil escapar y encontrar una cárcel un poco más grande. Ser libre para no poder hacer nada.
Dí palabras e invoqué en Ella alguna respuesta. Fue demasiado sencillo. Demasiado sencillo, extrañamente comprensible, lírico incluso para este tiempo.
-Busco un cuerpo fácil y un alma que poder ensuciar-
-Entonces arráncame la vida o estas ganas de follar.-
Ya.
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