viernes, 11 de noviembre de 2016

Sendas triviales, reveladoras.

En otoño,
no me es posible
estar a solas
en las fauces del bosque.
El ruido de las hojas,
que caen,
se confunde con amenazantes
pisadas a mis espaldas
que rompen,
el silencio.
Es el sonido del bosque,
con sus refinados embustes,
una incesante manifestación
de que el bosque
no desea
ser
molestado




No hay comentarios:

Publicar un comentario