miércoles, 23 de diciembre de 2015
Nutrirse de lo yermo.
El tiempo es decisivo.
El lugar decisorio.
Yo soy la faz de mi verdad,
portador de una expresión
medieval.
En mi interior se agita
una convulsa tormenta itinerante,
Por el bruto y romo naso
exhalo ese olor melancólico
a yodo.
Con la cefalea paseo,
las evidencias propias
de vivir atrapado: en mi invierno,
en un lorigón de tóxico, pero real
abedul ruso.
"Evolución:
cambiar la respuesta.
Revolución:
cambiar la pregunta." (*)
Empiezo a estar harto
de encontrarme frente a frente,
conmigo mismo en el sacro "zoco".
y que me consuma el atolladero de lo profano.
Imposibilidad, improbabilidad, la física, esa esclavitud y sus intuitivos
misterios.
Hiede a dogma,
"hólos",
nuestro aliento.
(*) Jorge Wagensberg.
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