miércoles, 30 de agosto de 2017

Lleno de nada.

Llegará un momento
puede que yo ya esté muerto,
en el que el sueldo
de los operarios de la limpieza
sea tan paupérrimo,
vergonzoso e insultante;
que acaben por no querer borrar
la verdad inmanente
que reside
en las pintadas.

Llegará un momento
puede que yo ya esté muerto,
en el que nadie hable
de dinero,
la simiente en los campos
será plantada y
no se dejará perder baldío su fruto, vital;
entonces,
volveremos a ver
los campos amarillos
la tierra calva y
el oro segado.

Llegará un momento
puede que yo ya esté muerto,
en el que habremos bebido con sus gentes,
sentido,
el regocijo infame del
olor a bengalas extinguidas
conoceremos al fin,
el significado del epitafio de Keats;
la calma
el haber recorrido
todos los caminos.

Llegará un momento
puede que yo ya esté muerto,
en el que vuestra sangre
habrá sido quemada
sobre la nieve
nadie osará de nuevo, jamás;
a tirar bombas
y una vez habiendo explotado
comida.
Las palabras
no volverán a cotizar
por debajo del desvirtuado valor
de una reliquia en Cadouin.

Llegará un momento
puede que yo siga vivo,
en el que sea posible:
olvidar,
huir de uno mismo hacia lo desconocido
sin saber que
la mayoría de las veces,
ambos parajes
son el mismo.

Reirse del miedo
asumir el sabor
de haber mascado por última vez
la derrota.


Verso XVI

"Estar lleno de vacío.
Obrar sin tener que obrar.
Vencer sin tener que luchar.
Convencer sin tener que hablar.
Avanzar sin la necesidad de caminar.

No poseer,
para no perder.
Mantenerse,
lleno de vacío."

Aia

"Cuando vagas en silencio dentro del bosque y la lluvia te sorprende, puedes buscar amparo bajo las amplias copas de los árboles. Pero cuando la lluvia cesa, si no cambias tu posición, pronto confirmarás que con el cielo despejado, las gotas de lluvia restantes solo abundan bajo los árboles.
Esta enseñanza, fábula del bosque aplicable a todas las facetas de la existencia a la postre, nos invita a ser oportunos y a saber abandonar aquello que ya no nos favorece más, en el momento preciso. Hay un momento y un lugar para lo beneficioso de cada situación. Tan solo el virtuoso es capaz de considerar con suficiente destreza, la coincidencia oportuna de ambos."