domingo, 16 de noviembre de 2014

La última pausa para el asueto.



No te veo ya,

en la distancia,

en el camino;

las tímidas despedidas

se convierten al fin
en insidiosa eternidad.

Me decías:
Mantén sangrantes tus heridas,
su sentido y esencia
su razón de ser y
custodia las escaras en un continuo
renacer.

Recuerdo, sí, que,
la memoria puede traicionar,
no así las cicatrices
los achaques pasajeros
y su aspecto ideal,
a veces sonrientes bajo el sol matutino.

Los golpes, la cerveza,
la pereza y el desengaño.
A ellos puedes entregarte,
en infinidad de ocasiones...
Sin miedo, a dejar de existir,
a convertirlos al fin en perdición.

Es cierto. Es cierto. Es cierto.

Fue muy duro,
tener que despedirme
de mis fieles y mortíferas alucinaciones,
y volver de nuevo,
a vuestro demencial e incomprensible
mundo real.

Ilustración de R. Topor. ("Mundo Inmundo", Biblioteca Universal Planeta,1972)