lunes, 20 de febrero de 2017

Esclavos

Esclavos
de otros
de nosostros mismos,
del tiempo
los pasos
los errores y
los aciertos.

Esclavos del dinero
del dinero de otros
del dinero ganado y
de nuestra sedienta codicia.

Esclavos:
de la complicidad esteril y ruín
de la lacra filial, la fama adhesiva;
de nuestras palabras obstinadas
y de nuestros silencios cobardes.

Esclavos
que eligen libremente
ser esclavos,
y amos que nos obligan a elegir
ser esclavos.

Contradicciones
muy beneficiosas
para los que nunca se preguntaron
por la importancia de la lógica.

Tanto
amos
como esclavos.

Itxoitearen garrantzia.

Aste osoan zehar
ke usaia hirian hedatua izan da
baina gaur atsalderarte
ez dut jakin
non zen sue.

Itxoitean baino ez zegoen,
ezerezaren mozorroz jantzita,
nire hausnarketa tematien baitako,
ezkututako sekretu isila.

Jakindakoa edo ez,
arnas gabe edo lasaitasunez soz,
bizirauten gera hiri barneko
lagun guztiok, zerbaiten
esperoan.

Batzuk, konpromezu honen,
behartasunaren, berri daukagu.
Gainontzekoak haien denbora:
ekintzaz, bitarteko diren ahalbidez,
desioz, inpernuz, gehiegikeriaz,
oztopoz, aurrekontuz eta hutsalez;
betetzen dute.

Akatzen dute.

Ezerezaren beldur, denborak sortutako
izuaren morroi, itxoitea ekiditzen
saiatzen dira. Ke usaia eta suaren
arteko erlazioa, eztandatu baino,
ukatzen dute.

Beraz, orain
nire buruari esaten diot,
hiri honetan izoztuta nahiz
estatiko, haren eskuen artean
gaituela preso denborak.

Itxoiten ikasi ditugunok eta
ikasi ohi beharko dituztenak.
Izan ere, jakinda edo ez,
denok zerbaiten esperoan
gaude eta.

*Argazkia, Joaquinen argazki baten argazkia da. Metargazki bat.

Escucha. Hay verdad en sus palabras.

"Una de las ventajas de fallecer a los 50 años, es que los seres momentáneamente trascendentes que alcancen a sobrevivir tu existencia y albergar tu recuerdo, podrán celebrar el centenario de tu nacimiento al mismo tiempo que el cincuentenario de tu muerte". Es, me digo, lo que debió de pensar la brillante, avezada, casi patéticamente marchita y malograda Carson McMullers al percibir su propio final allá por el premonitorio 1967. Es algo a lo que no paro de darle vueltas, a ese vacío opaco y su espera. La obsesión de la nada y el previo tránsito al que asisto, observando casi desde mi propia y recreada distancia. A lo que, casi con frenetismo, acabé por compadecerme al escribir: "Ser consciente de la vulnerabilidad de las cosas, nos compromete con la importancia del momento". De esta manera tan sentenciosa, la semana pasada, junto a Juju; acertamos a resumir cierta intuición de la que acabamos por sentirnos un poco orgullosos. Puede que tan solo satisfechos. Lo cierto es que, reside clara dificultad en el atestiguar para uno mismo el hecho de detentar ese don para seleccionar con acierto y ordenar las palabras que resuman con una certeza suficiente, el pensamiento que nos asiste en cada momento. (Hay algo de críptico sin remedio y contradictorio por coherencia en eso último, pero al parecer el mundo "objetivo" en el que comenzamos a adentrarnos en los últimos meses, no huelga de tales y por momentos aún más absurdas características). Presiento que inicialmente hay una gran necesidad estética tras esto último, un filtro de sensibilidad que ha de ser correspondido, tratado, no olvidado; que reclama lo que es suyo como una ya pasajera pero no olvidada, antigua adicción recurrente. Una necesidad que se apaga por el desuso y puede sufrir el destino de desaparecer, una necesidad ligada a la propia prágmatica de sí misma: una necesidad estética subsumida en el lenguaje, eso sí que parece claro. En cuanto al vacío de la existencia, su oscilación llega a hacerme escribir cosas al filo del fin de semana y su mañanas frescas como "Todos conoceran la muerte y la mayoría la merecen. Pero para mí, el viento norte es todo lo que necesito para volver a sentirme vivo". Supongo que no importa tanto en qué bando se esté, si en el de los lúgubres melodramáticos nihilistas suicidas convencidos o en el de los positivos inducidos fehacientes ingenuos iluminados, si no el hecho de saber en que bando se está en cada momento.